Chistes Breves
– Doctor, dígame la verdad: después de la operación ¿podré tocar la guitarra? – Sí, hombre, perfectamente. – ¡Qué bueno! porque antes no sabía.
– Hola, soy paraguayo y venía a pedirle la mano de su hija, para darle masita. – ¿¿¿¿Para qué???? – Paraguayo.
– Almirante, quince carabelas aproximándose. – ¿Una flota? – No, flotan todas.
– ¡Camarero, camarero, hay una cucaracha muerta en mi ensalada! ¡Quiero que venga el encargado! – Eso no servirá de nada, señor. El encargado también le tiene asco a las cucarachas.
– ¡Doctor, doctor, tengo paperas! – Bueno, tome un peso más y ya tiene pa' bananas.
– Cariño, cuando cumplamos nuestras bodas de plata te voy a llevar a Cancún. – ¡Qué maravilla! ¿Y cuando cumplamos las de oro? – Te paso a buscar.
Definición de cura: Aquella persona a la que todos llaman padre, excepto sus hijos, que le llaman tío.
– Egqwfgebxcbrhsfeurhhuwefcssdsvfvsf de Coca-Cola. – ¿Que quiere una lata de qué?
Jesucristo dice a sus apóstoles: – En verdad os digo que y es igual a x al cuadrado. Se quedan los doce muy pensativos, y luego Pedro dice: – Maestro, creo que no entendemos. Jesús: – Es una parábola.
El tipo era tan viejo, tan viejo, que en lugar de tener espermatozoides tenía espermatosaurios.
– Desde que mi mujer se fue, la casa está como vacía. – ¿La extrañás mucho? – No, es que se llevó los muebles.
– ¡Me acabo de comprar un aparato para la sordera que es una maravilla! Me lo puedo meter en la oreja y nadie se da cuenta. – ¡Qué bueno! ¿y cuánto te costó? – Las dos y cuarto.
– ¡La pucha que era feo Albert Einstein! – Y ni te cuento su hermano Frank...
Un hombre va a visitar a un adivino: – Toc, toc. – ¿Quién es? – ¡Ah, bueno! ¡Flor de adivino, sos!
– Doctor, veo elefantes azules por todas partes. – ¿Ha visto ya a un psicólogo? – No, sólo elefantes azules.
¿Cómo se hace para enfriar el té? Se le saca el saquito.
– Doctor, mi mujer está a punto de dar a luz. – ¿Es su primer hijo? – No, soy su marido.
– Sabes, al final encontré trabajo en Santiago. – ¿De qué? – De Compostela.
Un grupo de de turistas bizcos recorre París, cuando el guía les dice: "Si miran a su derecha, podrán ver a su izquierda la Torre Eiffel".
– ¿Tiene algún libro sobre el cansancio y la fatiga? – No, están agotados.
– Hola, linda. ¿Querés que tomemos algo? – Sí, distancia.
– Mi amor, estoy embarazada... ¿qué te gustaría que fuera? – ¿Una broma?
– Amorcito, dame al bebé... – Bueno, esperá que llore. – ¿Que llore?... ¿Por qué? – ¡Porque no lo encuentro!
– ¿Bailamos? – ¡Claro! Pero... ¿quién saca a mi amiga? – Ah, por eso no te preocupes. ¡Seguridaaad!
– Amor, quiero que pasemos un lindo fin de semana. – Ok... ¡nos vemos el lunes!
– Mi hijo, en su nuevo trabajo, se siente como un pez en el agua. – ¿Qué hace? – ¡Nada!
– Soy el genio de la lámpara. Te concedo tres deseos. – Quiero tres vacas. – ¡Concedido! Te quedan dos. – ¿Me mataste una vaca?
– Capitán, nos hundimos. – Lo sé, marinero. – ¿Y no va a hacer nada? – ¡Que alguien saque a este idiota del submarino!
Con esto del Brexit me quedo sin conocer Londres. Me dijeron que ahí solo aceptan libras, y yo soy géminis.
– Excelente vino, mozo. ¿Cómo se llama? – Carlos, señor. – ¡Ah, bueno! Otro salame para atenderme no había, ¿no? – Sí, pero al otro mozo le pidieron vino de la casa y vive en Wilde. En media hora llega.
– ¿Sabías que el samón es 50% sal? – ¿Y el otro 50%? – Mon.
– ¿Probaste viajar sin GPS? – No. – ¡No sabés lo que te perdés!
– Mi papá era buzo hasta que un tiburón le comió los brazos. – ¿Y ahora qué es? – Chaleco.
– Un ciego era sospechoso de un asesinato, pero tuvieron que liberarlo. – ¿Por qué? – No tenía nada que ver.
– La milanesa de carne es buena. – ¿Y la de pollo? – ¡Suprema!
– ¿Qué hace una abeja en un gimnasio? – No sé... – ¡Zumba!
– Tiene que dejar el azúcar, la harina y las cervezas... – Muchas gracias, doctor. – No soy doctor, soy el cajero y su tarjeta no pasó.
– Fui a una curandera y me sacó lo que tenía. – ¿Y qué tenías? – ¡Ocho mil pesos!
Primer día de dieta: he eliminado de mi casa todo lo que engorda. Estaba riquísimo.
– ¿Qué hacés mañana? – Voy a hacerme un examen de la vista y a comprarme anteojos. – ¿Y después? – ¡Después ya veré!
– Mamá, estoy saliendo con el vecino. – ¡Pero podría ser tu papá! – Para el amor no hay edad. – No me estás entendiendo...
Si reciben un enlace para descargar "La Ilíada" de Homero, no la bajen. Está llena de troyanos.
– ¿No te entristece que todos tus amigos estén casados y vos no? – Sí, ¡pero no sé cómo ayudarlos!
– No me funciona el router. – ¿Puede decirme qué luces tiene encendidas? – La de la cocina y la del baño. – Olvídelo, señora, le enviamos al técnico.
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